KARMA
LEY DE RESPONSABILIDAD
REPARACIÓN Y EVOLUCIÓN
ATMANANDA YOGUI
Revisión: Mahatma Brahmachary Krishananda Ji
Veamos ahora, de entrar en la segunda parte del triángulo, esto es, la Gran LEY DE RESPONSABILIDAD O KARMA.
Esta Ley, es llamada también como:
1) Ley de Causa y Efecto.
2) Ley de Compensación y equilibrio Universal e Individual.
3) Ley de Oportunidad.
Se preguntará ¿por qué es de Responsabilidad? por cuanto todo lo que el hombre mueva, digamos accione, piense y sienta, lleva consigo implícita una fuerza -un despacho de energía- y ella produce un efecto, sea éste inmediato (al contado) mediato o en el futuro; esta fuerza produce un impacto en el punto donde va dirigida y su efecto cuanti y cualitativo será conforme a la intensidad puesta en el nacimiento de su movimiento; teniendo la cuantía valorable de dos grados fundamentales en la resolución -resultado fijo- de su impacto y que entran en el orden de: consciente (deliberado) e inconsciente (indeliberado). (a)
Consciente; con nacimiento de su poder en la ejecución pensada, elaborada en el presente, subrayando -ya, en el AHORA-; y, (b) Inconsciente; por movimientos erráticos producidos por la inconsciencia y, que están almacenados en los repliegues de diversos grados de capas mentales del hombre, ya sean estos ancestrales, atávicos, y/o producidos sus inicios en la temprana edad de la vida presente, pero relegados a los fondos de su mental, y que afloran emergiendo de su estado potencial, a lo actualizado, lanzándose con toda su furia.
De la Ley de Causa y Efecto; porque todo lo que se genera va dirigido hacia alguna parte, y por ende ha de tener su respuesta. No olvidemos que estamos en el mundo cumpliendo una tarea -un propósito- la que a la más de las veces apareja un gran complejo (un manojo) de factores incidentes, los cuales provienen no sólo del presente en su actuar, sino que vienen y traen su potencia de lo pretérito (vidas pasadas y su acerbo) y complejos autosicológicos del presente -condicionamientos mentales, emocionales y actividades materiales ambientales.
El individuo está continuamente moviendo energía -prana- acopiándola, gastándola y restaurándola, y en esta transformación utiliza energías que tienen grado de vibraciones de más en más evolucionadas, o lo que es lo mismo desarrolladas a niveles superiores; correlativamente, la vida que impulsa la evolución de las formas, no se detiene en su avance y va ascendiendo de tramo en tramo en la espiral y, he aquí, que lo que era vida-forma, se transforma en forma-vida más sutil en el sub plano, plano superior, y así sucesivamente, hasta el ascenso en mente, consciencia, etc.
De la Ley de Equilibrio Universal e Individual; porque restablece la caída de la balanza hacia un extremo o al otro, a los efectos de producir y mantener la armonía, el ritmo del movimiento y la acción fluida. Una observación atenta del trabajo que ocurre químicamente en el átomo, en los procesos de la vida vegetal, el comportamiento en las vidas animales -amén- que también, saltemos en nuestra ojeada a la fascinante actuación de los astros en el espacio sidéreo, sus movimientos en rondas, sus giros armónicos, su estabilidad posicional. y que el hombre, restaura las diferencias y desarmonías en su impacto global, integrado.
Al formular su tercera ley del movimiento, Newton estableció que "para cada acción hay una reacción igual y opuesta" y vemos que esto no sólo se aplica a la energía, sino también, al actuar del hombre. Por ejemplo, en el terreno moral, todo odio o maldad del individuo, reacciona sobre él, causándole daño y/o sufrimiento; así como toda acción o sentimiento bienhechor -amor, cariño, bondad, altruismo- genera hacia él las más altas y nobles virtudes, y cualidades que van construyendo su carácter a través de su evolución y, por ley de reciprocidad, estas fuerzas ayudarían o estorbarían -en su momento- enormemente a sus semejantes.
De la Ley de Oportunidad; en los libros orientales la llaman también la Buena Ley o la Rueda de la Buena Ley; porque brinda en cada vida al ser humano las oportunidades de ir saldando sus deudas pretéritas -que alcanzan hasta sus anteriores reencarnaciones- y a la vez produciendo nuevas acciones hacia el bien total, mediante la comprensión y enfoque hacia las Leyes Superiores de la Vida (morales, mentales y espirituales) lo que en Yoga, en Teosofía y otras enseñanzas, se describen muy prolijamente y con técnicas realmente positivas para ser desarrolladas desde puntos elementales en su tratamiento hasta cúspides prácticamente insondables.
Los accidentes kármicos, ya sean del hombre, de la familia, de las razas y/o naciones, sólo son pasajeros a los efectos de ir cumpliendo con y hacia la meta última, antepuesta a la visión interna espiritual, tanto del Ego, en el caso del hombre, como del conjunto de la raza o nación, que también tiene su meta a cumplir -dar su tónica de civilización en ese momento- en el Gran Esquema del Plan de Evolución.
El cumplimiento de esta Ley no se ha de interpretar como la fijación de un destino implacable, rígido e inconmovible, sino que existen intrínsecamente márgenes de movimiento, de libertad, que las conlleva el individuo y la raza, mediante la puesta en marcha del uso del libre albedrío y el ejercicio de la voluntad, la que en las etapas tempranas o inferiores de la evolución se manifiesta como impulso; y más tarde en el crecimiento del individuo eclosiona como voluntad -esa chispa logóica- que va creciendo hasta convertirse en llama, en tanto, conforme va corriendo la evolución de los ciclos periódicos de la manifestación (creación) vuelve a su origen prendada con la autoconciencia en la unidad, en la absolutividad.
Entonces se interpreta a la vida, el lapso pasado en el cuerpo material -la reencarnación-como una oportunidad importante y benigna, para la ejecución, realización y consumación de hechos e impactos, además de caracteres, que de otro modo sería imposible llevarlos a cabo.
Luego hemos de vislumbrar, desde el plano egoico y del consenso integral, que: la Ley de Karma o Responsabilidad; la Ley de Causa y Efecto; la Ley de Compensación y Equilibrio Universal e Individual y la Ley de Oportunidad, marchan juntas de la mano hacia la consecución de la parte correspondiente al Gran Plan de Evolución, ya lo que en filosofía oriental hindú, mencionan como la labor de un Día de Brahma.
Si comprendemos hasta cierto punto la LEY DE KARMA y su actuación y cómo avizorar algo que esté inserto en el Gran Plan de Evolución, como lo es aquella parte que trabaja coadyuvando al mismo, digamos, remitiéndonos a las más profundas e iluminantes enseñanzas orientales -de paso teosóficas también- Las Jerarquías Creadoras Universales, y para este caso particular, una de ellas principalísima, del más alto nivel en la integración de las Deidades que conforman el equipo de la mecánica universal puesta en marcha, esto es, Los Señores del Karma (Los Lipikas) veremos también el papel que juegan en la distribución del Karma nacional e individual "despachando" a cada Individuo la parte de Bueno y Malo, o positivo y negativo, a trabajar durante la reencarnación y de ahí es que se comprende como hay para cada hombre, un destino o Hado, sellado sobre su frente cual expresan algunas doctrinas, y del cual su libertad queda restringida, moviéndose este ente cual si estuviera aprisionado en una jaula.
Pues estos factores mencionados, concurrentes, han contribuido en su nacimiento a que obtenga un área acorde a sus méritos y deméritos de sus vidas pasadas. En una palabra, sintéticamente, la cuantía del karma del hombre -bueno y malo- es lo que fija su Destino en la vida en un cuerpo físico, que contribuye totalmente a sus aciertos y desaciertos. Entonces es muy importante que él adopte en estas reglas de juego, los lineamientos de las leyes superiores de la vida, que apuntan a la meta programada para él por el arquetipo residente en la mente superior, para ir así liberándose de estas nocivas y negativas fuerzas que lo atan a lo más denso de los mundos en evolución. Por tanto, es un óptimo deber de los padres, de los mayores, como de los gobiernos bajo los cuales vive esta entidad, proporcionarle las mejores y más positivas oportunidades para su desarrollo armonioso e integrado, y aunque esto aparezca como una utopía -en regla general, por la presión de la corriente evolutiva- se cumple, en los casos selectivos en diversas partes del mundo.
Hemos de tener en cuenta que aunque el poder del Karma aparezca como inexorable ya veces actúa como tal, sabemos que poniendo en acción el libre albedrío del ente, pueden modificarse situaciones del efecto kármico, paliarse y en casos extremos hasta superarse, pero para tales casos hace falta que el hombre despierte haciéndose cargo de las circunstancias de su vida, medio ambiente y demás. También, tal es el caso de discípulo -ya superada su vivencia mundana- a quién se le "precipitan" mayor cantidad de circunstancias kármicas a los efectos de liquidar tantas deudas pretéritas, y, en tanto despejando el camino, avanzar muy rápidamente hacia la meta u objetivo final.
OM
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